La Fiesta de Los Mayos es una celebración que tiene su origen en las civilizaciones fenicias. Es un rito que conmemora la divinidad de la primavera y la fertilidad de la tierra, y que coincide habitualmente con el primer domingo de Mayo (de ahí su nombre). El cristianismo copió muchos rituales paganos que se profesaban con anterioridad, de tal forma que a la par que la Fiesta del Mayo aparecieron otras celebraciones como la Cruz de mayo que reemplazaba el tótem sagrado por el símbolo cristiano.
Estas “fiestas mayales” se realizan en varios países europeos y también en España. En Aragón muchos son los pueblos que también lo celebran. El municipio zaragozano de Maleján, es uno de ellos. Cada 1 de mayo los habitantes de este pueblo de la comarca de Campo de Borja se reúnen para “plantar el Mayo”.
Acompañados por la charanga bajan desde el pueblo hasta el río Huecha donde los mozos buscan el chopo más grande para cortarlo y “trasplantarlo” en la plaza del pueblo. Una vez en el suelo, los hombres le cortan las ramas y la copa. Los mozos portan en sus hombros el gigantesco tronco hasta la plaza, mientras que los más pequeños hacen lo propio con la copa del árbol.
Un trabajo laborioso y pesado que necesita de mucha coordinación entre todos ellos. Antes de “izar” el Mayo los mayordomos le colocan en la parte más alta una bolsa con almendras y otra con nueces así como la bandera de Aragón. El momento de la colocación es complicado, bajo la atenta mirada de todos los presentes, unos chicos bajo el tronco y otros tirando desde el tejado de la iglesia consiguen poco a poco elevar el tronco completamente. Más de 20 metros de Mayo que sobresalen por encima de los tejados de las casas del pueblo y que permanecerá allí durante todo el mes de mayo. Una bonita tradición que lejos de desaparecer cada año congrega a un mayor número de personas.
En los pueblos de la sierra de Albarracín también es típica la celebración de Los Mayos. En este caso los mozos del pueblo no portan un tronco sino que la fiesta es algo más romántica e idílica. La noche del 30 de abril, los mozos se reúnen para celebrar el sorteo de las “mayas”, donde se emparejan al azar a los mozos y mozas solteros. Estas parejas comienzan así una relación que durará hasta el 23 de Junio, día de San Juan y fiesta de la Comunidad de Albarracín.
El azar es caprichoso, y aunque alguno de los miembros de la pareja no esté conforme con su compañero no puede desentenderse. El “mayo” rondará a su “maya” al menos una vez, y en vísperas de San Juan los “mayos” a los que les haya gustado su pareja deberán preparar una “enramada”, que no es más que un conjunto de flores y frutos que colgarán en el balcón de la chica la noche de San Juan para que al día siguiente ella descubra si la han elegido o no.
Antiguamente, cuando este era el único medio que los jóvenes tenían de conocerse, la relación se prolongaba en el tiempo y en muchos casos acababa en boda. Por eso, aun hoy se pueden encontrar en la zona de Albarracín parejas que comenzaron su relación en esta fiesta con tanta tradición.
Y vosotros, ¿conocéis otros lugares de la geografía aragonesa dónde también celebren la Fiesta de Los Mayos?
En Brea se Aragon se celebran los quintos. Los chicos y chicas que cumplen ese año los 18 años, el viernes por la noche «roban » macetas por todo el pueblo, el sabado a las 12 de la noche pingan el mayo y el domingo por la mañana ponen las macetas «robadas » en la puerta de la iglesia para que sus propietarios las recojan. Los que ya quintaron en años anteriores se reunen el sabado para comer y cenar cada uno con sus quintos.